Oras y oras, pero parece que la respuesta nunca llega. ¿Alguna vez te ha ocurrido? En ocasiones nos preguntamos por qué Dios no responde nuestras peticiones, y eso puede deberse a muchos factores. A veces, no sabemos cómo pedir. En otras, creemos que Dios es una especie de máquina expendedora de la cual podemos obtener todo lo que queremos con tal solo apretar un botón. 1. Oración sin acción: La oración por sí misma, debería conllevar a la acción, y viceversa. No debemos esperar que las cosas se realicen de manera instantánea solo porque lo pedimos. Tal vez sea momento de evaluar si es que Dios quiere que pongamos de nuestra parte y también hagamos, de modo que Él pueda suplir nuestras necesidades a medida que trabajamos en ella; en vez de anhelar que todo se realice repentinamente. 2. Tiempo adecuado: El tiempo de Dios no es el nuestro. Si Él considera que el momento no es el adecuado para responder a nuestra oración, entonces no lo hará. Orar también implica confiar en Dios, por lo que no debemos desesperarnos si vemos que nuestra oración no es respondida de inmediato. 3. La respuesta es… Debemos entender que a veces Dios puede decir no. Él sabe qué es lo mejor para nosotros; y que la respuesta sea negativa, no quiere decir que Él haya dejado de amarnos. En cambio, que Dios sabe qué es lo más conveniente para nosotros. En ocasiones, nuestras oraciones ya han sido respondidas en la Biblia. Así que es importante acompañar la oración con la lectura y estudio bíblico.
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