Un tren lleno de pasajeros iba a mucha velocidad por su ruta que cruzaba una gran cantidad de ríos. Mirando por una ventana, una niña vio las aguas turbulentas en la distancia y tenía miedo de que no llegaran a la ribera opuesta; pero, al acercarse, un puente apareció y pronto el peligro quedó atrás de ellos. Cada vez que ocurría esto la niña se asustaba hasta que cruzaban al otro lado. Finalmente su papá la tranquilizó con las siguientes palabras:
– No temas, hijita, alguien ha puesto puentes para nosotros a todo lo largo del camino.
Siempre tendremos momentos en nuestra vida en los que temeremos lo que pueda suceder, en los que veamos ríos turbulentos y no sabremos si hay un puente o si nuestro tren caerá en las aguas.
Sin embargo, no podemos olvidar que Dios ya conoce todo el camino y que Él ha provisto lo necesario para que atravesemos cada lugar de la manera más segura. Puede ser que ahora el paisaje se vea escabroso o que temas que no haya un puente para cruzar un río de aguas turbulentas, como en el caso de la niña de la historia; pero Dios, ya proveyó una solución para cada etapa, Él no se olvida de las necesidades de sus hijos.
Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
Filipenses 4:19 (NTV) .
Confía en el Señor, Él tiene cuidado de cada uno de nosotros, su mano de bendición está siempre extendida hacia sus hijos y su gracia es inagotable.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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