Un examen es una prueba en la que se mide el nivel de conocimientos, aptitudes y habilidades. Es decir, un tiempo de evaluación personal para ver el rendimiento de la persona. Generalmente los exámenes son aplicados en los colegios, universidades e institutos. Cuando aún estaba en colegio a la gran mayoría de mis compañeros de curso no les gustaba cuando llegaban los tiempos de exámenes o los momentos de evaluación personal, y me incluyo, porque eran épocas decisivas y de sacrificio, muchas veces de dolor y desesperación. Dentro de la vida cristiana también tenemos tiempos de evaluación, en los que Dios utiliza los exámenes para probar nuestra fidelidad. Daniel fue puesto a prueba cuando se decretó que ningún hombre podía orar a ningún dios o persona que no fuese el rey Darío, de lo contrario el individuo que orara a otro dios sería echado en el foso de los leones. (Daniel 6). De esta forma la fidelidad de Daniel a Dios fue puesta a prueba, y a pesar de ser echado al foso de los leones, pudo aprobar. Sadrac, Mesac y Abed Nego también fueron puestos a prueba en su fidelidad de sólo servir y adorar a Dios, bajo pena de ser echados al horno de fuego. (Daniel 3). Aunque ellos recibieron el castigo de ser arrojados al horno de fuego, aprobaron ante Dios y fueron rescatados por su fidelidad. Otro de los hijos de Dios que pasó por la prueba de examen, fue Job, quien lo perdió absolutamente casi todo y a pesar de ello se mantuvo fiel. (Job 1,2) Y así, podemos seguir nombrando a muchos otros que pasaron el tiempo de prueba. Al igual que ellos, nosotros también pasamos las pruebas de exámenes. En Apocalipsis, en el mensaje a la iglesia de Esmirna, se les advierte que que serán puestos a prueba y se los exhorta a que permanezcan fieles. “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros, en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” Apocalipsis 2:10. Hay veces que uno se pregunta: ¿Por qué me vino este problema si vivo conforme a lo que Dios me pide? , ¿Por qué? Si te preguntas esto y otras cosas más, recuerda que Dios pone a prueba nuestra fidelidad. Daniel, Job, Sadrac, Mesac y Abed Nego salieron victoriosos, tú también puedes. Sólo pon tu mirada y confianza en Dios. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Jeremías 17:7
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