Pedro, el discípulo de Jesús, había preguntado acerca de quién iba ser mayor en el reino de los cielos, preocupándose acerca de la posición entre ellos ante Jesús. La respuesta fue la menos esperada:
[Jesús]…dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.Mateo 18:3-4 (RVR 1960)
Quizás como los discípulos, a muchos de nosotros nos puede importar la grandeza o la posición; sin embargo, la humildad y sencillez es lo que prima en el reino de los cielos y, por ende, aquí en la tierra.
A los niños no les importa tener un estatus y no se complican la vida, son sencillos y humildes. No se hacen problema de tener una posición inferior.
Debemos ser como niños, tener en claro que Dios es grande y es nuestro Padre. Así como Jesús se humilló a sí mismo y fue obediente.
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:8 (RVR 1960)
Cuando pasamos tiempo con Dios, en oración, meditando en su Palabra, nuestro corazón puede ser moldeado, semejante a un niño. Si no lo hacemos, el orgullo crecerá y no dejaremos que nuestra vida sea transformada.
Busquemos a Dios como un niño que busca con sinceridad el amor de sus padres.
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