“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”. Efesios 1:4 RV60
En la vida cotidiana las situaciones difíciles afectan nuestra manera de pensar sobre los demás cuando nos lastiman o fallan, lo que debemos cuestionarnos es si nos volvemos altivos ante esas circunstancias y si esto nos impide perdonar con facilidad.
Algunos cristianos no descubren su verdadera identidad en Jesucristo y esto se ve en las actitudes que toman ante la multitud de pruebas que afrontan, llegando a cansarse al intentar darles solución a partir de sus propias fuerzas.
A cada momento damos un examen delante de Dios, Él utiliza muchas cosas para cambiar nuestra manera de comportarnos y nos muestra la verdad en su Palabra: sólo seremos libres de orgullo en Su Presencia.
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Si eres hijo o hija de Dios deja que Jesucristo haga una obra especial en tu carácter, Él puede librarte del orgullo; no dejes pasar el tiempo, dale lugar al perdón y al Espíritu Santo para que seas renovado y cambie tu modo de pensar.
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