Un ataque en los suburbios del sur de Beirut, Líbano, resultó en la muerte del líder adjunto de Hamas, Saleh Arouri, y otras cinco personas. De acuerdo con la Agencia Nacional de Noticias estatal libanesa, Israel fue señalado como responsable de la explosión.
Aunque los funcionarios israelíes no hicieron comentarios al respecto, los medios de comunicación israelíes describieron el incidente como el asesinato más impactante en años.
Arouri, quien fue uno de los fundadores de las Brigadas Izzadin-al-Qassam, el ala militar de Hamas, y ocupaba un alto cargo en la organización, había estado operando en el Líbano como invitado de Hezbollah desde el inicio de la guerra en Gaza.
Su muerte ocurrió en el día 88 del conflicto entre Israel y Hamas.
El contraalmirante Daniel Hagari, portavoz principal de las Fuerzas de Defensa de Israel, no mencionó el asesinato, pero dejó claro que la lucha de Israel se dirige contra Hamas. Hagarii afirmó que las FDI están altamente preparadas en defensa y ataque, y que se mantienen centradas en combatir a Hamás.
La muerte de Arouri ha generado protestas entre los palestinos en Ramallah, en la Ribera Occidental, quienes solicitan a Hezbollah que tome medidas al respecto.
Según el ex oficial de inteligencia israelí y analista Avi Melamed, el ataque representa un momento complicado para Hezbollah y un posible punto crucial en la guerra entre Israel y Hamas.
Se sabe que Hezbollah posee una red de túneles más extensa que Hamas, así como más misiles capaces de alcanzar todo Israel. Durante una visita a las tropas en Gaza, el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, señaló que sin una victoria clara, Israel no podrá vivir en el Medio Oriente.
Gallant afirmó que es necesario exigir un precio a los terroristas y garantizar la seguridad de aquellos que viven cerca de la Franja de Gaza. Además, mencionó que el escenario en el que 1.500 personas sean asesinadas o tomadas como rehenes debe resultar en una disuasión clara y una victoria, de lo contrario, no pueden existir en la región.
Al mismo tiempo, Ismail Haniyeh, un influyente líder de Hamás, muestra su aprecio hacia Sudáfrica por llevar ante la Corte Internacional de Justicia una acusación contra Israel.
«Aplaudo todas las posiciones de apoyo y especialmente aquí en el Estado de Sudáfrica, que presentó una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia contra el Estado ocupante por sus crímenes contra la humanidad, limpieza étnica y genocidio, y apreciamos el apoyo político y importancia legal de esta demanda», dijo Haniyeh.
Sudáfrica ha acusado a Israel de infringir la Convención de las Naciones Unidas contra el Genocidio de 1948, y se espera que Israel impugne los cargos en una audiencia programada para la próxima semana.
El portavoz del gobierno israelí, Eylon Levy, ha rechazado las acusaciones, afirmando que Israel está tomando medidas sin precedentes para minimizar las víctimas civiles, en contraste con lo que describe como la estrategia de escudo humano de Hamas.
Levy ha criticado a Sudáfrica por respaldar lo que él llama la masacre tipo nazi llevada a cabo por Hamás, y ha anunciado que Israel comparecerá ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para refutar las acusaciones.
Mientras tanto, en medio del debate legal, el activista de la oposición iraní Vahid Beheshti ha desafiado a Sudáfrica a considerar cómo reaccionaría si fuera atacada por Hamás, instando a los gobiernos y grupos a ponerse en el lugar de Israel.
Mientras tanto, Israel continúa sus operaciones en Gaza y a lo largo de su frontera norte en busca del regreso de sus rehenes, mientras el conflicto continúa.
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