Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”. Apocalipsis 2:2-4
¿Sabías que, es posible seguir sirviendo al Señor, soportar con paciencia las pruebas y aun así haber perdido el primer amor?
Quizá podemos pasar desapercibidos a los ojos de la gente, pero no ante los ojos de Dios. Jesucristo, en este capítulo de Apocalipsis, exhorta a la iglesia de Éfeso y la llama a arrepentirse. Tal vez era una iglesia casi perfecta por todo lo que hacía, pero su vida, su servicio había llegado a la rutina.
Si crees que tienes todo bajo control aun cuando no estás sirviendo o no estás congregándote. Si la crítica se ha vuelto parte de tu lenguaje, si tu vocabulario deja mucho que desear y quizá te llama la atención frecuentar lugares a los que solías ir antes de conocer a Cristo y aun así estás en su servicio, ten cuidado. Porque ¿De qué te sirve realizar una tarea para el Señor, si no lo estás haciendo con amor?, Dios quiere que así como lo amas a Él también ames su obra, ese mismo amor que demostrabas al inicio. ¿Recuerdas cuando todo era un gozo para ti? Cuando te preparabas muchos días antes de dar la clase dominical, cuando lloraste porque Dios te permitió servir en aquel privilegio que tu veías muy lejos de conseguir.
Dios quiere que recuerdes todos esos momentos donde te gozabas en servirle, cuando el servicio no era una rutina y menos una carga para ti, sino más bien una oportunidad más de agradecerle por todas las cosas buenas que ha hecho por ti.
Hoy Dios te dice: ¿Dónde está tu primer amor? ¿Sabes? Dios quiere verte nuevamente sonriendo, gozándote en el servicio, haciendo aquellas pequeñas cosas como si fueran muy grandes, sirviéndolo a Él, pero sin olvidarte de Él.
Si estás pasando por un momento en el que hasta olvidaste lo que se sentía hacer algo por amor a Dios, quiero animarte a comenzar de nuevo, a que puedas regresar a Cristo; Él te ama tanto que tuvo que dejar a las 99 ovejitas para buscarte y encontrarte a ti. No pierdas la oportunidad de ser un gran instrumento en las manos de Dios.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmos 51:10 (RVR1960)
Por Ruth Mamani
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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