Al que disimula el pecado, no le irá bien; pero el que lo confiesa y lo deja, será perdonado.
Proverbios 28:13 (DHH).
Hace unos días, mi hija se puso a jugar con tres huevos en la cama, le advertí que tuviera cuidado porque podría romperlos y ensuciar ¿Qué pasó? Rompió uno. Cuando le pregunté qué había pasado, ella simplemente agachó su cabecita y me dijo: “Perdón mamá” Yo estaba furiosa, pero esas palabritas conmovieron mi corazón tanto que sin pensarlo la perdoné.
En cada situación con ella, junto con mi esposo, aprendemos mucho lo que es ser padres, qué implica y cuánto amor hay hacia ella. Sobre todo aprendo cómo es el amor de Dios hacia cada uno de nosotros, porque sin duda también nos ve con ternura cuando estamos arrepentidos por nuestros pecados y le pedimos perdón.
Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos.
Isaías 43:25 (NTV) .
Si yo siendo una persona imperfecta puedo sentir ese gran amor por mi hija al perdonarla, no alcanzo a imaginar el amor perfecto de Dios hacia nosotros, que por más vil pecado que cometamos nos perdona y nos da una nueva oportunidad. ¡Realmente es algo maravilloso!
Cuando incurres en pecado y crees que Dios se cansó de ti, recuerda que Él es tu Padre, y te seguirá perdonando; además te acompañará en las lecciones que quiere enseñarte, todo para que seas un hijo obediente. Su amor cubre multitud de pecados, por ello ten la confianza de que si reconoces tu error sin duda te espera su perdón.
Por ello, si tienes que confesarle algo que aún no has hablado con Él, hazlo con toda confianza, inicia el día libre de culpa y cargas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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