A muchos cristianos se les ha afianzado la idea de que Dios quiere que lo sirvamos sin recibir nada a cambio. Pero al leer la Biblia se nos hace claro que la intención de Dios es recompensarnos por cada pequeña cosa que hagamos por Él y para Él. Si le servimos correctamente, recibiremos la recompensa.
Al leer el versículo a continuación entendemos que todo lo que hagamos, lo podemos hacer como para Dios y esto implica que a Él le importa absolutamente todo lo que hagamos. A Él le importa cómo cuidamos de nuestra casa, cómo manejamos, cómo tratamos a los demás, cómo distribuimos nuestro tiempo. Incluso le importa cómo tratamos nuestro cuerpo y nuestras posesiones. Y sirviendo así, correctamente estaremos seguros de que recibiremos nuestra recompensa.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Colosenses 3:23-24 RVR 1960
Se dice que los humanos somos autocomplacientes. Buscamos nuestro propio provecho. El problema está en nuestra perspectiva de lo que es provechoso para nosotros. Si creemos en Dios debemos saber que Él tiene en cuenta lo que es mejor para nosotros. Por tanto, nos debemos poner en Sus manos todos los días y le debemos buscar y consultar para pedir lo que deseamos, de acuerdo con Su voluntad. Él, nos recompensará porque le servimos correctamente.
Una herencia como recompensa
Lo más importante para nuestro Dios es el amor que tenemos y podemos desarrollar. Si hacemos todo con amor, de corazón, recibiremos la recompensa de Su herencia al ser llamados Sus hijos. Es un privilegio ser llamados Sus hijos y saber que Él mismo está haciendo los cambios necesarios en nosotros quienes deseamos servirle correctamente. Por ello, podemos estar seguros de que recibiremos Su recompensa y eso es maravilloso.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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