Muchas veces confundimos el gozo con la alegría. Recuerdo que un joven que tenía poco tiempo de asistir a la iglesia, un día decidió dejar la congregación sólo porque vio que una de las líderes estaba triste. Él creyó que ser cristiano significaba no tener ningún tipo de tristeza y que siempre se debe tener una sonrisa. Quizás muchos creen eso ¿verdad?
Pero el joven no tuvo un encuentro personal con Jesús por eso no entendió qué significaba realmente hacerse un cristiano. Porque a pesar de que el gozo está en nuestro corazón, los problemas también nos golpean con fuerza y nuestro semblante decae.
Sin embargo, la gran diferencia entre enfrentar los problemas solo o con la ayuda de Dios es abismal. Jesús mismo dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33 (RVR1960) ¡Con Dios tenemos victoria!
Además, las pruebas nos ayudan a desarrollar la fe: “…también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;” Romanos 5:3-4 (RVR1960)
El hecho de que hoy estés pasando un tiempo de dificultad podría apagar la alegría y despertar en ti muchas emociones como temor, impotencia, tristeza, etc. Sin embargo es importante que tu fe y que el gozo que Dios te dio no mengüen: “…Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.” Salmos 30:5
¡El gozo es eterno porque nuestro Dios también lo es!
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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