Ya sea por experiencia propia o porque lo has visto en otras personas, muchas veces pasamos por cosas inexplicables, no entendemos cuál es el propósito de Dios para nuestras vidas, pero podemos confiar en que sus planes son de bien.
En un libro titulado “Las piedras hablan”, leemos la siguiente ilustración:
Las piedras de un hermoso templo dijeron a sus fieles afligidos: “Venimos del monte; el fuego y el agua nos formaron a través de las edades, pero solamente nos hicieron peñascos.
Manos humanas nos cortaron para tenernos en este lugar donde contribuimos a la adoración de Dios. Aquí estamos gozándonos con las lecciones que se dan en este lugar acerca de vuestro Hacedor y nuestro, pero hemos pasado por muchas vicisitudes para llegar a ocupar este puesto.
La pólvora poderosa, destrozó nuestro corazón, las mazas de los picapedreros nos han quebrantado por todos lados; todo parecía sin objeto ni significado cuando nosotras estábamos en la cantera.
Bárbaramente fuimos cortadas en bloques; algunas de nosotras cinceladas con instrumentos muy finos, pero estamos aquí completas, cada una en nuestro lugar de servicio.
Vosotros, seres inmortales, que tenéis que habitar en una región superior, estáis todavía en la cantera de este mundo. No estáis. completos, y por tanto a vosotros, como a nosotras, muchas cosas os son inexplicables. Pero todo lo comprenderéis cuando estéis en el templo celestial, levantado no por manos humanas, sino por el mismo Dios“
Quizás estés viviendo una circunstancia a la que no le encuentras sentido ni propósito. Tal vez es muy difícil entender lo que estás viviendo, a todos nos ha pasado. Sin embargo, ¿alguna vez te has puesto a pensar que como las piedras, debemos ser cortados, quebrados o cincelados para cumplir con nuestra misión?
Es muy probable que ahora muchos no entendamos lo que estamos viviendo, pero debemos tener presente que nuestra vida no termina en este mundo, sino que estamos siendo preparados para una eternidad.
Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman Santiago 1:12 (NTV)
Más allá de buscar el motivo, la razón por la que vivimos algo, debemos pedirle a Dios que aumente nuestra fe y nos ayude a confiar en Él aunque no podamos entender las pruebas que estamos atravesando.
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