Conozco a una persona que tiene la costumbre de decir las cosas sin considerar el efecto que sus palabras tendrán en sus interlocutores, suele ser hiriente y hasta despectiva, esto ocasionó que incluso sus familiares se distanciaran de ella.
Muchas veces nos metemos en problemas por no saber refrenar nuestra lengua, decir lo primero que se nos ocurre o no pensar bien lo que diremos, suele ocasionarnos conflictos y discusiones innecesarias, que se podrían evitar si utilizáramos un filtro al hablar.
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.” Proverbios 18:21 (RVR1960).
Por ello, es mejor que sigamos el consejo del rey Salomón, seamos prudentes al hablar, pensemos bien antes de expresar nuestra opinión, pues las palabras dichas a la ligera pueden ser malentendidas e incluso herir a nuestros interlocutores.
“Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus labios.” Proverbios 18:20 (RVR1960).
Recordemos que las consecuencias que generen nuestras palabras, las sufriremos nosotros mismos.
Por Cesia Serna
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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