El guepardo es un animal salvaje, miembro de la familia de los felinos. Es fácil de reconocer debido a su pelaje dorado moteado con puntos negros, pero su característica principal es su gran velocidad, de hecho es el animal terrestre más ágil de todos, ya que es capaz de alcanzar los 120 km/h. Esta última cualidad no es una casualidad, todos sus rasgos fisiológicos indican que fue creado para correr: su corazón es proporcionalmente más grande, lo cual le permite bombear la sangre con más fuerza a todo su cuerpo. Sus pulmones y fosas nasales son amplias para absorber más oxígeno y su cola larga le da estabilidad para correr sin perder el equilibrio. Sus garras no son retráctiles como las de los demás felinos, detalle que no es menor ya que le da mejor tracción a altas velocidades. Por otro lado, una hembra puede llegar a tener hasta 5 crías las cuales nacen con bastante pelaje y desde luego, no corren a la misma velocidad que un adulto. Los cachorros vive bajo la protección de sus padres únicamente durante no más de 18 meses, en este periodo la velocidad del guepardo ya no es de 120 Km/h, sino que ahora da pasos cortos para no dejar atrás a ninguno de sus pequeños. Cuando el guepardo reduce sus capacidades, se está poniendo a un nivel adecuado para que sus pequeños puedan seguirlo. Esta es una referencia a lo que Dios hizo. “…el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8 Versión Reina-Valera 1960 Todos sabemos que la capacidad de Dios es infinitamente mayor a la de toda la humanidad junta: Su poder, Su fuerza, Su sabiduría, Su santidad y Su amor, son en extremo superiores a cualquier descripción o comparación que podamos hacer. La Majestad y la Gloria de Dios es tan grande, que en 1 Reyes 8:27 dice que los cielos no pueden contenerlo. Precisamente por ese gran amor que tuvo a la humanidad, Dios decidió reducir todas esas capacidades a un nivel que podamos comprender y asimilar. Él decidió hacerse hombre. Ahora es más fácil seguirlo porque el tamaño de todas esas cualidades fueron comprimidas a una dimensión que nuestra mente puede entender. El guepardo ya no corre a altas velocidades debido al instinto de protección que tiene hacia sus cachorros. Dios también se despojó a sí mismo de todo su poder con el propósito de darse a conocer a la humanidad a un nivel más personal. Ese es un regalo, no lo desperdicies. “Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.” Juan 14:8-10 Versión Reina-Valera 1960
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