Si eres de las personas que se pasa contemplando sus posesiones materiales, pero no les da ningún uso y tampoco ayuda a nadie, deberías pensar en ¿qué te quedaría si quitaras todos tus bienes materiales? ¿Tendrías algo más que el hoyo donde escondes tu tesoro?
A Arthur Morris, banquero y fundador del Plan Morris, le gustaba explicar la fábula de un avaro que enterró su oro en un hoyo en el campo. El hombre, cada noche salía y se recreaba contándolo.
Un criado cayó en la cuenta de lo que hacía su amo, fue al hoyo, sacó el oro y se dio a la fuga.
El avaro, desolado, puso el grito en el cielo. Un amigo le dijo:
Existen muchas personas que sólo son felices o hallan su razón de ser en sus posesiones, pero, ¿qué sucede si en algún momento pierden aquello que tanto aman?
Cuando ponemos nuestro corazón en las cosas terrenales, al igual que el banquero, lo único que tenemos es un hueco inmenso, no poseemos nada más.
Al terminar el día, cuando todo está en silencio, ¿qué es lo que te queda? Cuando llegue el final de tu vida, ¿qué te llevarás?
Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen».
Lucas 12:15 (NTV)
Si eres de las personas que sólo se ha ocupado de acumular y contemplar sus tesoros, es hora de que te replantees algunas cosas y comiences a llevar ese hoyo con algo más que cosas materiales.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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