A veces la gente cree que ser cristiano aplica a ciertos días, a ciertos lugares y a ciertas áreas de su vida; sin embargo, aplica a todos los aspectos de nuestra vida.
Se cuenta la historia de un hombre que decía que se había convertido al cristianismo. Un viejo compañero suyo que conocía su pasado oyó la noticia y lo llamó por teléfono.
Su amigo se detuvo por un momento y, acordándose del mucho dinero que le debía, le dijo:
En aquel momento Pepe olvidó que había profesado fe y replicó con ira mal disimulada:
Todos podemos profesar ser cristianos y amar al Señor, pero puede ser que nuestro corazón esté ocupado por otro tesoro.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mateo 6:21 (RVR1960).
Nuestras actitudes y acciones delatan dónde está realmente nuestro corazón. Podemos profesar una cosa con nuestros labios, pero es en el día a día donde sale a relucir dónde está nuestro corazón.
Si decidimos seguir a Jesús debemos entregarle nuestra vida por completo, no solamente algunas áreas.
No siempre se trata de dinero, a veces es nuestro trabajo, los logros alcanzados, nuestra familia o cualquier otra cosa que ocupa el primer lugar en nuestra vida.
Si haces una introspección, ¿podrías decir que le entregaste toda tu vida o solamente algunas áreas?
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
MIRA NUESTRA ACTIVIDAD EN LAS REDES SOCIALES