BENDICIONES, UNAS TRAS OTRAS
Nadie se puede jactar de merecer el amor de Dios y, sin embargo, ¡su amor es tanto! Es un amor inmenso, incondicional, inigualable, como ninguno, un amor eterno. Inmerecido. Y nos llueve bendiciones una tras otra, cuando lo amamos y lo recibimos como nuestro Dios.
De su abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra.
1 Juan 1:16 (NTV)
Es...[
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