Uno de los más reconocidos radiocirujanos de España llegó a Bolivia para informar sobre esta nueva técnica que es ambulatoria y que dura entre 30 y 45 minutos.ç
En La Paz ya hacen tratamientos con radiación para eliminar tumores en la cabeza sin cirugías. Se trata de la Radiocirugía, una nueva técnica que se impone en el país.
“Hemos iniciado con este tratamiento en 2018 (...) y hasta ahora realizamos 30 radiocirugías”, explicó la jefa de Radioterapia de Oncoservice, Ligia Avilés. Consideró que esa cantidad de tratamientos es muy pequeña para el gran número de indicaciones que existen, pero agregó que eso se debe a que este procedimiento aún es una práctica desconocida en el país.
Destacó que el 85% de los pacientes atendidos tienen un control total de la enfermedad. “Hemos tenido dos pacientes que han fallecido porque tenían enfermedades a otros niveles pese a que se controló el tumor. También tenemos un grupo de pacientes que no retornó a su control”, dijo.
Avilés contó que los pacientes que reciben el tratamiento deben tener controles cada cuatro meses para ver cómo están avanzando y otros que ya solucionaron su problema, no retornan.
¿Qué es la neurocirugía? El neurocirujano y presidente de la Sociedad Española de Radiocirugía e Iberoamericana, Kita Sallabanda -que llegó al país para dar una conferencia sobre este tratamiento-, explicó a Página Siete que la radiocirugía es una técnica que actúa como una cirugía, pero sin abrir la cabeza. Consiste en que a través de un sistema de radiación de muy alta precisión y alta dosis se elimina el tumor benigno o maligno.
El también director del Instituto de la Radiocirugía Avanzada aclaró que para que se realice este tratamiento, el paciente debe ser candidato para acceder a esta técnica porque existen personas que necesariamente deben acceder a una cirugía y otros que pueden combinar entre una operación abierta y la radiocirugía, porque el cirujano no logró sacar completamente el tumor.
Destacó que el médico de cabecera es el que puede valorar si el paciente está apto para cualquiera de esas opciones. Dijo -por ejemplo- que para atender una metástasis cerebral se puede optar por una operación abierta o a través de la radiocirugía. “La metástasis desaparece de la misma manera porque la radiocirugía tiene los mismos efectos quirúrgicos en algunas patologias”, dijo y explicó que con la radiocirugía la persona no necesitará internarse, tampoco anestesia ni una sala quirúrgica. “No hay sangre y sus efectos secundarios son mínimos”, agregó.
Avilés explicó que tampoco se requiere la misma cantidad de personal que se usa para una cirugía convencional -anestesiólogo, cardiólogo e instrumentistas, entre otros-. “Para esta técnica sólo se requiere de cinco profesionales especializados en el tratamiento”, agregó.
De hecho, Avilés indicó que ella fue estudiante de Sallabanda y se especializó en ese tipo de tratamientos.
De acuerdo con Sallabanda, esta técnica -que se explicará hoy en unas Jornadas Académicas a los miembros de la Sociedad de Neurocirugía- se comenzó a usar a mediados del siglo pasado y se utilizó para tratamientos oncológicos, como el cáncer en la cabeza, pero ahora se usa para el cáncer de pulmón, de próstata, de hígado y para diferentes sitios del cuerpo, pero nace como un tratamiento de lesiones cerebrales.
Añadió que ahora el tratamiento se amplió para otras patologías del sistema nervioso central, como las malformaciones arteriovenosas “que es una patología muy común y que no hace falta abrir la cabeza para tratar”, también para tumores benignos como los adenomas del acústico, del hipófisis y los meningiomas de todo tipo.
El especialista dijo que también “están ingresando a un campo de neurorradio-modulación y pueden tratar la patología funcional como la neuralgia del trigémino -una patología funcional que provoca mucho dolor en la cara- o trastornos de movimiento como el Parkinson, o trastornos obsesivos compulsivos o incluso la anorexia”.
Indicó que se están introduciendo a un campo muy importante que es el dolor oncológico. “Hay pacientes que sufren seis, ocho meses o un año por un cáncer y que deben usar morfina, fentanil y otros para reducir el dolor, pero ellos no necesitan tanta medicación y pueden hacer una vida normal con la radiocirugía”, dijo.
Sallabanda indicó que el tratamiento es ambulatorio, es decir que el paciente puede acudir al centro para una resonancia. Lo recuestan en el acelerador lineal que emite radiaciones de alta dosis que se concentran sobre el tumor, le colocan una mascarilla en la cabeza e inician el tratamiento.
Este procedimiento dura entre 35 y 45 minutos de acuerdo con el tratamiento específico. Le sacan -luego- la mascarilla y el paciente se va a su casa.
Ambos profesionales aseguraron que el tratamiento no duele y no tiene riesgo de mortalidad. Avilés dijo que los pacientes del SUS, con cáncer -gracias al convenio entre Oncoservice y el Gobierno-, pueden acceder al tratamiento. Para los privados, el precio es reducido.
Oncoservice firmará un convenio con el Instituto de Radiocirugía Avanzada para que las radiocirugías que no se puedan realizar en Bolivia se puedan hacer en ese centro.
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