De la misma manera que nos enseñan desde pequeños a prestar mucha atención en la escuela, al cruzar calles mirar a ambos lados, cuando nos enseñan más adelante a manejar, etc. necesitamos prestar mucha atención a todo lo que queremos aprender; y debemos aprender de la Biblia.
La Biblia es la Palabra inspirada por Dios y hay verdades en ella que, si les hiciéramos caso, si consultáramos esas verdades primero, nos evitaríamos muchos pesares. Dios nos ama y no debemos jamás dudar de Su inigualable amor. Y necesitamos prestar mucha atención a esa guía de vida que Él nos dejó, que es la Biblia.
Así que debemos prestar mucha atención a las verdades que hemos oído, no sea que nos desviemos de ellas. Pues el mensaje que Dios transmitió mediante los ángeles se ha mantenido siempre firme, y toda infracción de la ley y todo acto de desobediencia recibió el castigo que merecía. Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar?
Hebreos 2:1-3 (NTV)
Somos también testigos del sacrificio de Dios por ese amor extraordinario que siente por nosotros. Y por eso, lo que leemos en la Biblia, debe ser para nosotros como escucharlo de los labios de los Apóstoles y todos los que fueron inspirados para escribir las Sagradas Escrituras.
En la Biblia no solo hay leyes y normas que debemos respetar, también hay consejos e historias para que vivamos con ellas las experiencias de acuerdo con sus comportamientos. Es un libro magistral. Y si ya leíste toda la Biblia, vuelve a repasar ciertos capítulos o versículos, quedarás impresionado de que te puede dar un nuevo mensaje.
En la Biblia encontramos las verdades de Dios, su Palabra refleja el carácter de Dios. Leer la Biblia te acercará más a Él y te alejará del pecado y los malos caminos. Es necesaria para tu crecimiento espiritual y nos señala las cosas a las que debemos prestar más atención.
En la Biblia leemos sobre las promesas de Dios. Él ha cumplido todas Sus promesas y la promesa más grande que Dios nos dio es la promesa de vida eterna por medio de Jesús. Y hay promesas en la Biblia de restauración, de sanación y provisión, así como de protección.
Tales cosas se escribieron hace tiempo en las Escrituras para que nos sirvan de enseñanza. Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios.
Romanos 15:4 (NTV)
Sin embargo, así no nos responda, restaure, sane o provea, debemos seguir alabando a nuestro Dios y no perder la esperanza jamás. Él nos escucha, pero Su tiempo es perfecto y nuestra fe se fortalece cuando pasamos por pruebas, por momentos difíciles. Pero nunca dudemos de que está ahí a nuestro lado.
Nuestro Dios es magnificente y tiene poder para hacer todo lo que le pidamos, pero es Soberano. Esa soberanía no la debemos olvidar jamás. Él decide cómo y cuándo. No está a nuestra disposición, no. Que nunca olvides eso. Por eso, debemos prestar mucha atención al leer Su Palabra.
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