Mucha gente cree que Dios no responde sus oraciones, pero lo cierto es que si solo te sientas a esperar, sin hacer tu parte, no pasará nada.
Orando con el azadón en la mano
Un hombre que ya era de edad, cultivaba un huerto que era la envidia de sus vecinos. Uno de estos le preguntó:
- Dicen que usted le pidió a Dios que le bendijera con un buen huerto, ¿es cierto?
- Ya lo creo – contestó orgullosamente el anciano que se deleitaba en su magnífico jardín- pero nunca oro por un buen huerto a menos que tenga el azadón en la mano. Oro: «¡Señor, tú envía el sol y la lluvia que hacen crecer a todas las plantas, y yo escarbaré la hierba! »
¡Manos a la obra!
No te sientes solamente a esperar que tus oraciones sean respondidas y que todo aparezca hecho, tu tienes que hacer tu parte y Dios hará la suya, Él bendecirá el trabajo de tus manos y verás fruto en lo que emprendas.
En la Biblia existen muchas referencias acerca del trabajo diligente, por ejemplo, en Proverbios 10:4 dice:
Los perezosos pronto se empobrecen; los que se esfuerzan en su trabajo se hacen ricos.
(NTV)
No esperes más, ponte manos a la obra si es que no quieres permanecer en el mismo lugar.
Trabaja duro y serás un líder; sé un flojo y serás un esclavo.
Proverbios 12: 24 (NTV)
No te sientes a esperar
Si hasta el momento te has estado quejando de que Dios no responde a tus oraciones, ponte a pensar si buscaste trabajo diligentemente o si solamente esperas que alguien te lo ofrezca. Si el problema es en tu familia, ¿haces algo para cambiar las cosas, te sientas a hablar o pides perdón o simplemente estás esperando que todo se resuelva solo?
Siempre hay algo que podemos hacer para mejorar nuestra situación y con la guía y ayuda de Dios, podremos salir adelante.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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