“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31 RV60)
Matías, un niño de 8 años, entró a la piscina pública de su ciudad para librarse de la ola de calor que azotaba al país, pero cuando llegó a la mitad de la alberca confiado en sus habilidades deportivas, sufrió un calambre y pidió ayuda. Se hubiera ahogado si alguien no le hubiera tirado una soga con un flotador.
Cristo dio su vida en la cruz para salvarnos de nuestros delitos y pecados en los cuales nos ahogábamos; su misericordia y amor nos dieron una nueva oportunidad para vivir dentro de su voluntad. Su muerte fue como la soga que salvó a Matías de perecer.
Hechos 16:31 es un verso de la palabra que inspira a muchas familias; el carcelero preguntó a Pablo y Silas cómo ser salvo, ellos le dijeron que creyera en Jesús y él y su casa serían salvos. Las palabras tú y tu casa no significan la promesa de que sus familiares también habrían de ser salvos, tampoco significa que se salvarían por ser salvo el padre de familia, pues ninguna persona puede creer ni salvarse por otra, significa en realidad que las personas de su casa tendrían la misma oportunidad de salvación si como el carcelero lo hizo, ponían su fe en Jesucristo.
Muchas personas creen en Dios pero aún no lo reconocen como Salvador, otros confían y adoran otras deidades, algunos piensan que todos los caminos llevan al cielo, pero sólo Jesús salva al pecador y lo trasforma, Él es el camino, la verdad y la vida.
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
(Lucas 19:10 RV60)
Solamente cree en Jesús y verás que tu vida cambiará, cree en su palabra, podrás experimentar una vida abundante y no estarás solo nunca más.
¿Eres salvo? ¿Conoces a Jesús?
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