A nadie le gusta pasar por valles sombríos por voluntad propia, sin embargo, existen oportunidades en las que ese es el único camino y debemos hacerlo.
La casa junto al cementerio
Se cuenta de una niña que, hace muchos años, vivía con sus padres en una casa junto a un cementerio.
A veces, para llegar a su casa, tenía que pasar por el cementerio, que en aquellos tiempos, en algunos lugares del mundo como Inglaterra y Estados Unidos, eran campos abiertos llenos de cipreses, cruces y lápidas.
Un día una señora le preguntó:
Y, dime, ¿de verdad no te da miedo pasar por el cementerio?
¿Miedo?- respondió la niña- ¿Por qué tendría miedo si sé que al otro lado está mi casa? Tan pronto como he cruzado el cementerio me encuentro en la hermosa y confortable casa que mis padres tienen preparada para mí siempre y bien dispuesta para que me sienta allí muy feliz con mis abuelitos y hermanitos.
A veces es inevitable
No siempre nos toca transitar por verdes praderas, a veces debemos recorrer lugar que no nos agradan, nos disgustan, nos dan miedo o tristeza. Sin embargo, cada lugar por el que atravesamos tiene una enseñanza y un propósito.
Hay un salmo precioso que nos llena de valor y esperanza:
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento
Salmos 123:4 (RVR1960)
Cuando hablamos de valles sombríos o con sombra de muerte, todos pensamos en cosas malas, nadie dirá que disfruta un paseo por ellos. Las pruebas no son agradables, si pudiéramos evitarlas lo haríamos con mucho gusto. Los problemas son otra cosa que nadie quiere en su vida. Sin embargo, de todos ellos aprendemos algo, crecemos.
No temas si debes caminar por valles sombríos
Existen periodos en nuestras vidas en los que debemos atravesar los valles sombríos, épocas en las que los problemas parecen no tener fin y estamos agotados de lidiar cada día con uno o más.
Sin embargo, el Señor siempre está con nosotros y nos da fortaleza, sabiduría y ánimo para salir adelante.
Si estás atravesando un valle sombrío, no temas, pídele ayuda a Dios y atraviesa esa etapa que puede ser tenebrosa para ti.
No importa si el valle que estás atravesando se llama enfermedad, finanzas, familia, trabajo o cualquier otro problema que tengas, recuerda que es temporal. No olvides que al final está tu victoria, que terminando el valle está el Señor esperándote con los brazos abiertos, listo para recibirte en su morada.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ
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