“Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas.” Hebreos 10:39 (NTV) Qué fácil es abandonar la carrera cuando uno está debilitado, desanimado, sin fuerzas y sin ganas de seguir peleando la batalla. Es muy sencillo tirar la toalla cuando estás pidiendo a gritos socorro y parece que nadie te escucha. Pero cuán difícil es entender que todos esos sufrimientos dispone Dios para el bien de quienes lo aman, a los cuales Él ha llamado conforme a su propósito. La vida cristiana se trata de sufrir y soportar penalidades por amor a Él, aunque a veces no entiendas porqué Dios permite tal situación. Es en esos momentos de dolor donde Dios ve tu fidelidad y dependencia. Un claro ejemplo es Job, un hombre intachable, de absoluta integridad, que era un fiel servidor de Dios y se mantenía apartado del mal. (Job 1:1) Un día perdió todo lo que tenía: hijos, sirvientes, ganados y por último fue herido con terribles llagas en la piel, desde la cabeza hasta los pies. La pregunta es: ¿Qué hizo Job cuando se encontró en esa terrible situación? ¿Le reclamó a Dios por los problemas que tenía? Acaso le dijo: ¿Mientras más te busco y vivo según tu palabra más problemas me vienen? Job dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía, y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!». Job 1:21 (NTV) A pesar de todo, Job no pecó y permaneció fiel y firme en el Señor. No abandonó su fe y Dios lo bendijo más que al principio. Sea cual sea tu situación no abandones tu fe, no te rindas y sigue adelante. Aunque te falten las fuerzas, aunque estés débil y las circunstancias no sean favorables, sigue avanzando al propósito divino de Dios, mantente firme y con la mirada puesta en tu Salvador. Él no te trajo hasta aquí para que te rindas sino para conquistar, para salir victorioso, para ser cabeza y no cola, para demostrar que eres capaz y que tienes un Dios más grande que tus problemas. Confío en que estarás bien, que Dios hará un gran milagro en tu vida y será glorificado Su nombre por las maravillas que hará en ti.
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