El profeta Samuel fue en busca del sucesor del rey Saúl, y como estaba en los planes de Dios ese nuevo rey debía salir de la casa de Isaí y aunque el mismo padre de David no lo consideró apto para ser rey, Dios lo escogió para gobernar a su pueblo porque no vio su capacidad física o intelectual sino que miró su corazón. “Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón” 1 Samuel 16:7Nueva Traducción Viviente (NTV). Muchas personas sueñan y anhelan lograr grandes cosas en su familia, en su profesión u oficio y en el ministerio, pero a veces se encuentran con obstáculos que los desaniman y los enfocan en sus falencias provocando el temor a fracasar y con ello dejan de soñar y luchar por alcanzar sus anhelos. Quizás te hayan rechazado o tú mismo te hayas descalificado ante una excelente oportunidad porque viste y pensaste que no estás preparado para hacer aquello que se te ha encomendado, recuerda esta gran verdad “Dios no ve tus capacidades, sino la disposición de tu corazón”, no tengas temor, porque si Dios te llamó para hacer y algo grande que quizás supera tus fuerzas y expectativas, ¡Arriésgate! y toma la oportunidad, pues si Dios te llamó también te capacitará y te apoyará en todo lo que debes hacer. No escuches lo que otros dicen de ti (si podrás o no podrás) porque la opinión más importante y determinante es la de Dios.
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