Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:18 (NTV)
Una leyenda cuenta la historia de un pequeño pájaro que vivía en el desierto y se encontraba muy enfermo, sin plumas, sin nada para comer, beber y sin refugio para vivir; por lo que se pasaba los días y las noche quejándose de su situación e incluso, llegando a maldecir su vida.
Un día, un ángel estaba cruzando ese desierto, el pájaro lo detuvo y le preguntó:
Entonces, el pájaro le pidió al ángel que, por favor, le preguntara a Dios cuándo terminaría su sufrimiento.
Al encontrarse con Dios, el ángel le compartió el mensaje del pájaro, le contó su triste condición y le preguntó cuándo terminaría su sufrimiento.
El ángel le respondió que cuando el pájaro oyera esto, se desanimaría. Entonces, le pregunto si podría sugerir alguna solución para esto.
Dios le respondió:
El ángel volvió hasta al pájaro y le entregó el mensaje de Dios.
Una semana después, el ángel pasó de nuevo por el mismo camino y vio que el pájaro estaba muy feliz.
Las plumas habían crecido en su cuerpo, una pequeña planta creció en la zona desértica, e incluso un pequeño estanque de agua también estaba allí. El pájaro estaba cantando y bailando alegremente.
El ángel estaba asombrado de cómo sucedió esto porque recordó que Dios dijo que por lo que le quedaba de vida, no habría felicidad para el pájaro.
Con esa inquietud en mente, fue a visitar a Dios de nuevo.
El ángel preguntó y Dios respondió:
Cuando el pájaro caía sobre la arena caliente, decía: “gracias a Dios por todo”; cuando no podía volar, repetía: “gracias a Dios por todo”, y en cualquier situación que enfrentaba, el pájaro siguió repitiendo: “Gracias a Dios por todo” Y, por lo tanto, cambió lo que le quedaba de vida.
Es mucho más fácil que nos quejemos cuando las cosas no van como deseamos, que reneguemos de nuestra situación, e incluso que nos resintamos con Dios.
Sin embargo, las cosas cambian cuando hay agradecimiento en nuestro corazón, no todo lo que vivimos es malo y cuando somos capaces de aprender de las situaciones que enfrentamos, cuando podemos ser agradecidos a Dios por sus bendiciones, nuestra vida cambia.
Deja de quejarte por un momento y empieza a agradecer, verás que tu perspectiva de la vida cambia y que tu vida también será mejor.
¡Gracias, gracias Dios por todo!
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