Pedro le dijo: «Levántate Cornelio, que no soy ningún dios.»
Hechos 10:26 TLA
Cuando los creyentes pertenecientes a un movimiento cristiano hablan más de su líder que del Señor y su palabra, incurren en la idolatría a la personalidad, lo cual va en contra de lo que la palabra de Dios enseña.
Un pastor está puesto para conducir al pueblo del Señor al conocimiento de la palabra y, además de ser ejemplo en todo, no tiene por qué ser venerado como una estrella del fútbol, de la música o de la moda; ya que es él quien debe impulsar a que le gente le dé la gloria a Dios.
La Palabra nos enseña que cuando Pedro fue a predicar a la casa de Cornelio, el centurión romano se arrodilló ante el apóstol, quien le dijo que no lo hiciera porque no era un dios. Pedro no pidió que le besara las manos, que le otorgara muchos regalos o que lo llenara de riquezas, él tenía una misión que cumplir.
¡Oigan! ¿Por qué hacen esto? Nosotros no somos dioses, somos simples hombres, como ustedes. Por favor, ya no hagan estas tonterías, sino pídanle perdón a Dios. Él es quien hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
Hechos 14:15 (TLA)
Bernabé y Pablo pasaban por Listra, este último oró por un paralítico en ese lugar y ese hombre fue sanado y comenzó a caminar. La gente del lugar quería adorar a los varones de Dios porque pensaron que eran Zeus y Hermes; fue complicado persuadir a la multitud de que no lo hiciera, hasta que al fin unos judíos pusieron a la gente en contra de Pablo y lo apedrearon.
Dios puede usar tu vida para bendecir a otras personas, para llevar paz, sanidad y compartir el mensaje de Cristo, eres un instrumento del Señor que ayuda a las personas a confiar en Él, en su Palabra; la gente puede tenerte respeto pero no dejes que te tengan por ídolo ya que no eres tú el que hace la obra sino Dios.
Entonces me arrodillé a los pies del ángel, para adorarlo, pero él me dijo: ¡No lo hagas! Adora a Dios, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos los que siguen confiando en el mensaje que les dio Jesús. Porque el mensaje que Jesús enseñó es lo que anima a la gente a seguir anunciándolo.
Apocalipsis 19:10 (TLA)
Un ángel no quiso ser adorado porque reconoció que de Dios es toda la gloria, entonces ¿quiénes somos nosotros para sentarnos permanentemente en el asiento de nuestro ego? Luzbel quiso tomar el lugar de Dios, ser adorado y fue expulsado del cielo junto con los ángeles rebeldes.
No le des a una persona el lugar que le pertenece a Dios, y si incurriste en esto o en algún momento te dio un ataque de egolatría recuerda que somos polvo y que cada persona será juzgada según sea su obra; reflexiona, cambia tu caminar ya que aún hay tiempo y oportunidad para hacerlo.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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