Muchos de nosotros admiramos a personas que logran grandes descubrimientos, que hacen hazañas, que alcanzan cosas que no cualquier persona podría; sin embargo, muchas de estas cosas son para la tierra, no tienen resultados duraderos para la eternidad.
El Dr. F.B. Proctor, cuenta la siguiente historia acerca del pastor Rowland Hill, un pastor muy usado por Dios como líder de un gran avivamiento en Inglaterra en el siglo XVIII. Dicho siervo de Dios fue presentado al famoso médico inventor de la vacuna contra la viruela, Pasteur, a quien felicitó diciéndole:
El célebre doctor, que era un creyente piadoso, sentía que, aunque valga la pena alargar la vida física de una persona algunos años, es mucho más deseable hacer que llegue a conocer a Cristo para que pueda vivir eternamente.
Todo lo que hagamos aquí para mejorar la vida de nuestros hermanos, amigos, familia e incluso la nuestra, es muy valedero e importante. Sin embargo, no podemos olvidar que la vida no termina aquí, hay una eternidad.
La única forma de poder asegurar la eternidad es aceptando el maravilloso regalo de Dios a través de su Hijo. No hay otra forma de llegar al cielo sino es por gracia.
Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.
Juan 17:3 (NTV)
Si quieres hacer algo realmente bueno por los demás y cambiar la vida y el destino de las personas que amas, háblales del gran regalo que Dios tiene para la humanidad, de cómo pueden transformar su destino eterno.
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