El Expositor Bíblico cuenta una ilustración que dice que cierto emperador chino, cuando le avisaron que en una de las provincias de su imperio había una insurrección, dijo a los ministros de su gobierno y a los jefes militares que lo rodeaban: “Vamos. Seguidme. Pronto destruiré a mis enemigos.”
Cuando el emperador y sus tropas llegaron a donde estaban los rebeldes, él trató afablemente a éstos, quienes, por gratitud, se sometieron a él de nuevo.
Todos los que formaban el séquito del emperador pensaron que él ordenaría la inmediata ejecución de todos aquellos que se habían sublevado contra él; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el emperador trataba humanitariamente y hasta con cariño a quienes habían sido rebeldes
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Entonces el primer ministro preguntó con enojo al emperador: ¿De esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa? Dijisteis que veníamos a destruir a vuestros enemigos. Los habéis perdonado a todos, y a muchos hasta con cariño los habéis tratado.
Entonces el emperador, con actitud generosa, dijo: Os prometí destruir a mis enemigos; y todos vosotros veis que ya nadie es enemigo mío: a todos los he hecho mis amigos.
A veces, en nuestra humanidad, cuando alguien nos lastima o dice algo malo de nosotros, deseamos proceder de la misma manera, haciendo que el problema y las diferencias que tenemos con las otras personas crezcan más.
En este sentido, Proverbios 15: 1 nos da un importante consejo: “La respuesta apacible desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos” (NTV)
Nuestra reacción muchas veces hace que una cosa pequeña tome grandes magnitudes. Buscar venganza nunca llevará a la pacificación, sino que ahondará la crisis.
Sin duda alguna dar la otra mejilla o amar a quien nos hiere puede ser algo muy difícil de hacer pero Jesús dijo: “A los que están dispuestos a escuchar, les digo: ¡amen a sus enemigos! Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman. Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes” Lucas 6: 27 – 31 (NTV)
¿Tienes problemas con alguien? Ora por esa persona, no respondas de la misma manera tomando venganza con mano propia ni respondas lleno de enojo o ira. Cumple con el mandamiento de amar a tu prójimo y de lo demás Dios se encargará.
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