Muchas veces llegan personas a contarnos alguna situación que tienen con otros. Si bien puede ser verdad, es probable que exista también otra versión, siempre existen las dos posibilidades, por lo que no es nada prudente ir comentando con los demás lo que nos fue confiado.
Bien guardado
La señora Claudia estaba hablando confidencialmente con la madre de un niño de 8 años, quien escuchó con atención toda la historia de murmuración que había traído la visitante.
La madre, temiendo que el niño soltara alguna frase de lo que había oído, le dijo:
- Supón que la señora Claudia hubiese dejado aquí su monedero, ¿lo entregarías a otra persona?
- ¡Oh, no! – respondió el niño- lo guardaríamos bien guardado por si ella venía a reclamarlo.
- Pues bien – explicó la madre– la señora Claudia ha dejado aquí una historia que tiene mucho más valor que su monedero, por el daño que podría hacer si lo pasáramos a alguna otra persona; por eso, tanto tu como yo tenemos que guardarla bien guardada.
- ¿Por qué? – Preguntó el pequeño.
- Porque esta historia podría no ser verdad, y es lo que más me temo. Podría ocurrir que la señora Claudia viniera a confesar como error y si la hubiésemos pasado a otros nos veríamos en un gran compromiso; y si no fuera verdad y la pasáramos a otra persona nos haríamos cómplices de una mentira.
Así que lo más prudente es guardarla con mucho cuidado ante una de estas dos posibilidades.
Es mejor callar y ser prudente
Casi siempre es mejor callar cuando alguien nos cuenta algo en confianza; la única vez que puede justificarse que busquemos ayuda en alguien con más experiencia y conocimiento es cuando sospechamos que la vida de alguien corre peligro. Y aún en ese caso, no se lo debe comentar con cualquiera, sino con alguien que pueda brindar ayuda oportuna.
Cuando no te prestas a los chismes y murmuraciones, evitas dañar a los demás.
Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño a su vecino, ni hablan mal de sus amigos.
Salmos 15:3 (NTV)
No te arriesgues y no digas nada
Así como lo que la otra persona te está diciendo puede ser verdad, existe también la posibilidad de que no lo sea. Es por eso que es mejor cortar cualquier chisme y no decir nada, guardar el secreto mejor que un monedero.
Si alguien viene a ti con algún chisme o murmuración, respóndele como amigo, pide a Dios que te de sabiduría para aconsejar y ora por las personas envueltas en la situación.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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