“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” Salmos 23: 1-3 (RVR1960)
Cuando pasan situaciones difíciles en nuestra vida, muchas veces perdemos la fe y nos desanimamos rápidamente. Dejamos de buscar a Dios y enfocamos nuestra mirada en el problema, olvidando quién es Dios y las promesas que Él tiene para nosotros. ¿Te ha pasado?
David, el autor de este salmo, comienza refiriéndose a Dios como su pastor, porque él sabía lo que significaba ser pastor y la responsabilidad que implicaba.
Las ovejas necesitan dirección, protección, cuidado y buena alimentación, ¿Acaso no son estas cosas las que necesitamos nosotros como seres humanos? ¡Desde luego que sí! Por eso David a pesar de haber pasado por muchos problemas, estaba seguro y confiado en la ayuda de Dios: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Salmos 23:4. (RVR1960)
¿Cómo reaccionas tú frente a una dificultad o necesidad? ¿Es el Señor tu buen pastor? ¿Confías plenamente en Él así como David lo hizo?
Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Juan 10:11. No olvides que el Señor es Él mismo, ayer, hoy y por los siglos. Él quiere darte descanso, fortalecerte, guiarte y darte la seguridad que necesitas para enfrentar tu situación.
Tú puedes tener la misma confianza que David tuvo, sólo necesitas conocer a Dios, creer en su palabra y tener una comunión personal cada día. Deja que Jesús sea tu buen pastor, quien te proteja, alimente y guié.
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