La Paz/AMN.-
Transcurrió más de un año desde que Lourdes Mita y Rocío Canasa consiguieron una beca para ingresar a la carrera de Ciencias de la Educación de la Universidad Salesiana. Hoy cursan el tercer semestre y sus calificaciones son entre 60 y 90 puntos.
Ambas son madres adolescentes que acudieron al proyecto municipal Segunda Oportunidad en 2019. Allí recibieron capacitación técnica en repostería y desarrollo personal. Luego, por su desempeño y situación social, ambas se beneficiaron con becas de estudio y comenzaron la carrera el segundo semestre del pasado año.
Lourdes de 21 años tienen una hija de tres. Su calificación mínima en la universidad hasta el momento fue de 62 y la mayor nota 93. Está contenta con su rendimiento.
“Ha cambiado mi visión de ver mi futuro porque yo, madre joven, no me veía bien en un futuro. Me ha cambiado totalmente en cuanto a mi concepto de ser mujer, cómo de verdad tiene que pensar y ser una mujer, me han enseñado a ser una mujer empoderada y que no debo permitir ningún tipo de violencia”, afirmó.
Actualmente, esta joven madre organiza su día para cumplir varias tareas. Entre las 07.30 y 14.00 es trabajadora del hogar, al mismo tiempo pasa sus clases de manera virtual de 07.30 a 10.45, mientras su hija duerme. Ya por la tarde, cuando llega a su casa se dedica a hacer repostería a pedido de sus clientes y una vez a la semana tiene clases de Segunda Oportunidad.
“Estoy reuniendo dinero para ampliar más que todo para mi taller. A la semana hago de dos a tres tortas por pedido y rollos de queso también, salen unos tres y dejo a las tiendas conitos. Me lo venden, la tienda me pide unos 100 a la semana”, contó Lourdes.
En tanto, Rocío de 20 años tiene una hija de dos. En esta emergencia sanitaria se queda en casa y dedica su tiempo a cumplir sus deberes académicos, sus calificaciones no bajaron de 67 y llegaron a un máximo de 90. También continúa capacitándose en repostería en este proyecto municipal. Vive en Alto Santiago de Lacaya.
“Ahora estoy en mi casa y a veces también mi hija me habla y no puedo entender lo que dicen los licenciados y vivo en un lugar alejado. Entones no tengo muy buena señal telefónica, tengo que salir afuera y buscar señal para pasar clases. Salgo al patio y me pongo un asiento”, relató Rocío.
El cambio que enfrenta su vida es positivo, sobre todo porque está cumpliendo su sueño de estudiar una carrera universitaria. “Me gusta el cambio. Me siento una persona que se está preparando más y siento que conozco nuevas cosas, siento que o sea es un buen cambio, aunque tenga que hacer más esfuerzo, pero me gusta”, aseguró.
La directora de Coordinación de Políticas de Igualdad, Paola Ricalde, destacó el esfuerzo de ambas adolescentes. Las becas fueron otorgadas tras la alianza entre la Universidad Salesiana y la Organización Munasim Kullakita. “Han mostrado mucha responsabilidad, han mostrado muchas ganas de superación”, remarcó la autoridad edil.
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