Mucha gente se jacta de haber ahorrado dinero o tiempo con alguna trampa, sin embargo, no se dan cuenta que quienes no hacen las cosas correctamente cometen un terrible negocio contra sí mismos.
Por pagar la mita de precio
Supongamos que una madre que sube al ómnibus con su niño, quiere ahorrarse unos centavos y miente acerca de la edad del niño a fin de pagar la mitad del precio.
Ella se ríe para sí por lo que ha hecho. La compañía de transporte no se declarará en bancarrota por eso; pero, examinemos lo ocurrido. La madre ha mentido y defraudado en presencia del niño y está fomentando la falta de honradez en esa criatura; algún día quizás se extrañará cuando su pequeño ande por caminos malos.
La madre hizo el peor negocio en contra de sí misma.
Las consecuencias a largo plazo
Puede ser que ahora nos parezca que la gente es muy viva en sus negocios o que nos dé la impresión de que sus trampas siempre terminan bien, pero es importante recordar que los frutos no siempre se cosechan en el momento.
Muchas de las consecuencias se ven a largo plazo y, a veces, quienes enfrentan los problemas son también las generaciones futuras.
Un hombre malvado queda preso por sus propios pecados; son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.
Proverbios 5:22 (NTV)
El peor negocio contra uno mismo
No te centres solamente en las consecuencias a corto plazo, sino en aquellas que podrían afectar también a tus hijos, sobrinos, nietos, amigos.
Todo lo que hacemos tiene consecuencias, todo lo que sembramos cosecharemos, así que procura dirigirte siempre rectamente, de modo que no tengas de qué avergonzarte o arrepentirte en un futuro, no hagas un negocio contra ti mismo.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ
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