Porque Dios quiere que seamos alegres, tratemos cada día con un toque de alegría. Tendremos días en los que se nos haga más difícil, pero si somos perseverantes en buscar algo que nos haga reír, al menos por un instante, estaremos cumpliendo con esa tarea.
Tratemos cada día con un toque de alegría, recordando un evento lindo, gracioso, tal vez de nuestra niñez. Alguna travesura que puedas recordar y si no tuya, de alguno de tus hermanos, amigos. Eventos de cuando estábamos en el cole nos pueden traer alegrías.
Diferentes maneras de tener y dar un toque de alegría
Mirar una película de comedia nos puede alegrar el día, tener un acto de bondad con alguien también nos permite darle a ese día un toque de alegría. Los actos de generosidad que tratemos de buscar ayudan a otros, pero también a nosotros.
Dios nos acompaña en todo momento, en los tristes, en los de angustia, pero recuerda ahora, que también en las alegrías. Por eso, tratemos de darle a Dios un toque de alegría cada día e imaginemos su hermosa sonrisa. Sus cálidos ojos mirándonos con ese amor inigualable, inagotable e interminable.
El amor de Dios nos da alegría cada día
No olvides nunca que Dios te ama y en medio de esa circunstancia por la que puedas estar pasando, te acompaña. Enfócate por tanto en ese amor sin igual de Dios y sonríe porque tienes un Padre Todopoderoso que te ama como nadie. Tenemos que procurar dar un toque de alegría a cada día.
Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.
Salmos 118:24 NVI
Tener la certeza, la seguridad de ese amor inigualable de Dios y Su promesa de vida eterna junto al El al partir de este mundo, nos tiene que llenar de alegría y gozo cada día de nuestra existencia.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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