Me gustaría compartir un cuento que considero encierra una gran enseñanza:
La historia es de un pequeño ratoncito que vivía solo con su padre. Cada día, antes de salir de su casa para ir a la escuela su papá le advertía:
– Hijo mío, este mundo es peligroso por lo que debes tener mucho cuidado. Fíjate siempre en cada paso que das y en especial, no te dejes llevar por la curiosidad, antes de hacer algo primero piensa; sólo si eres prudente y sabio podrás tener una vida larga y placentera.
En una ocasión, al regresar a su casa el travieso roedor encontró un extraño equipo que sujetaba un pedazo de queso. Después de mirarlo por unos instantes pensó: Sé que a mi papá no le gustaría que me acerque, pero él es aburrido y ya me cansé de sus advertencias.
El ratoncito actúo inmediatamente queriendo agarrar el queso y fue sólo en cuestión de segundos cuando quedó prisionero en la trampa.
¿Cuál es la enseñanza que encierra este cuento?
El Señor es nuestro padre y nos advierte que si queremos que nos vaya bien en nuestro camino debemos obedecer sus palabras y no apartarnos de ellas. Muchas veces pensamos que nosotros tenemos la razón o preferimos tomar decisiones que satisfagan nuestras emociones, pero estas solamente pueden llevarnos a una trampa del maligno para que nuestras vidas sean destruidas.
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Josué 1:8 (RVR 1960)
¿Escuchas la voz de tu Padre Dios? Te animo a dejar de confiar en ti mismo y dedicar un tiempo para estudiar sus escrituras y meditar cada día, porque sólo el Señor sabe lo que es mejor para nosotros.
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