No darías a cualquiera tu confianza, por ejemplo, en relación al cuidado de tus hijos, seguramente buscarás a una persona responsable en caso de que necesites apoyo, o tal vez a alguien con buenas referencias; porque no querrás arriesgar a aquellos que son importantes para ti.
Lo mismo puede suceder cuando realizas trabajos en grupo, obviamente elegirás al más capaz, nadie quiere tener a aquel que se caracteriza por fallar.
¿Las personas confían en ti? No darías a cualquiera tu confianza, tampoco ellos.
No es fácil ganarse la confianza de las personas que te rodean, implica esfuerzo y sacrificio porque no se trata de actuar responsablemente una sola vez, sino de llevar una vida de ejemplo en cada paso que damos. Así como confías en aquellos que son comprometidos, también los demás buscarán este compromiso para lo que necesiten; y seguramente serás muy bendecido si tienes esta cualidad.
¿Soy digno de confianza?
Ahora bien, el que recibe un encargo debe demostrar que es digno de confianza
1 Corintios 4:2 (DHH).
La Biblia nos enseña que seamos “dignos de confianza”. No importa si el encargo que te dieron es pequeño o pesado para ti; el Señor te pide que seas responsable y des ejemplo como hijo de Dios.
Lamentablemente, muchos no desean acercarse a una iglesia por “cristianos” que no se comportaron como tales; la realidad es que tal vez sólo llevaban el título de ser cristiano, pero no tenían un compromiso en su corazón porque no existía un cambio en su vida.
Si las personas confían en mi ¿recibiré algún beneficio?
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Mateo 25:21 (RVR 1960).
Así como las personas confiarán en ti, también el Señor. No importa cuán pequeña sea la responsabilidad que tienes, si eres fiel en lo poco, serás bendecido con mucho. De igual forma, Dios confiará en darte cosas más grandes en su ministerio.
En este momento te animo a tomar una decisión con los encargos y responsabilidades que tienes, de ser un buen ejemplo y esforzarte para que las personas confíen en ti; que en su tiempo Él pueda estar orgulloso de ti y llamarte “Buen siervo”. Empieza desde la limpieza que te corresponde en el hogar, estudios, trabajo, quizá un servicio en la iglesia; no olvides que el Señor observa tu fidelidad y esta será recompensada.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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