Siempre tendremos temporadas de pruebas que puede hacer un poco más opaca nuestra vida, sin embargo, la felicidad real y duradera no depende de las circunstancias, el gozo verdadero viene de Dios.
El Dr. Samuel D. Gordon, hablando del camino de Cristo como el camino de la felicidad, contó una vez esta experiencia:
Iba andando hacia mi despacho una mañana, cuando encontré a un anciano que iba por el mismo camino cantando en voz baja, de aspecto contento y feliz. Nos saludamos y seguimos andando. Después de haber andado unos pasos, yo me volví hacia él y le dije:
El hombre levantó la cabeza, enderezó la espalda y dijo:
La felicidad real no es la que nos dan los momentos pasajeros o las circunstancias, el gozo real proviene de Dios, quien aún en los tiempos difíciles nos da paz y nos permite mirar más allá de las circunstancias, quien ha prometido estar con nosotros todo los días.
Normalmente deseamos aprovechar el momento y disfrutar al máximo nuestra juventud, pero el paso del tiempo nos muestra que hay momentos de felicidad que son solo eso, instantes. Sin embargo, hacer la voluntad de Dios nos llevará a vivir en una felicidad permanente porque es un gozo que no se basa en cosas pasajeras.
»Yo los he amado a ustedes tanto como el Padre me ha amado a mí. Permanezcan en mi amor. Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho estas cosas para que se llenen de mi gozo; así es, desbordarán de gozo.
Juan 15:9-11 (NTV)
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