La historia de Jairo se encuentra en un capítulo lleno de milagros. Jesús había calmado una tormenta, liberado a un hombre poseído por demonios, y sanado a una mujer con flujo de sangre. Cada uno de estos eventos revela su poder sobre la naturaleza, el mundo espiritual y la enfermedad. Pero ahora, Jesús se enfrenta a la muerte misma.
Jairo, líder de la sinagoga, representa una figura religiosa prominente. Su decisión de buscar a Jesús no fue fácil: implicaba exponerse públicamente, arriesgar su reputación, y admitir que necesitaba ayuda. Sin embargo, el amor por su hija lo llevó a postrarse ante el Maestro.
Cuando llega la noticia de que la niña ha muerto, los mensajeros sugieren que ya no vale la pena molestar a Jesús. Pero Jesús responde con una frase que trasciende el momento: “No temas; cree solamente, y será salva.” (Lucas 8:50)
La palabra griega usada para “solamente” es mónon, que implica exclusividad, enfoque, persistencia. Jesús no pide una fe mezclada con lógica humana, ni una fe que dependa de las circunstancias. Pide una fe pura, sin añadidos. Como explica , Jesús no le exige a Jairo que entienda el proceso, sino que continúe creyendo, incluso cuando todo parece perdido.
La fe que Jesús demanda no es pasiva. Jairo ya había demostrado fe al buscarlo, postrarse y rogar por su hija. Ahora debía mantener esa fe, incluso ante la muerte. Como señala otro análisis teológico, esta historia no apoya una fe sin acción, sino una fe que se traduce en obediencia, perseverancia y entrega total.
Cree sin condiciones: No pongas límites a lo que Dios puede hacer. Cree aunque no entiendas el “cómo”.
Cree sin distracciones: No permitas que las voces del miedo, la lógica o el desánimo apaguen tu fe.
Cree sin plazos: Dios no llega tarde. Su tiempo es perfecto, aunque no siempre sea inmediato.
Cree con gratitud anticipada: Agradece antes de ver el milagro. La fe celebra lo invisible como si ya fuera visible.
Jesús no solo sanó a la niña. La resucitó. Este milagro revela que su autoridad no tiene límites. Para Él, la muerte no es una barrera, sino una oportunidad para manifestar su gloria.
En tu vida, puede que haya situaciones que parezcan “muertas”: sueños, relaciones, salud, propósito. Pero Jesús sigue diciendo: “No temas; cree solamente.”
La fe no es una fórmula mágica. Es una relación viva con un Dios que no falla. Cree solamente… y verás que lo imposible se convierte en testimonio.
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