Hay muchas ocasiones en la vida en las que estamos frente a un precipicio y nos paralizamos por el miedo, pero no tenemos otra opción que seguir, ¿Te ha pasado? ¿Tienes miedo de cruzar el barranco?.
El barranco tenebroso
Se cuenta la historia de un hombre llamado Alexander Maclaren, quien aprendió una verdad cuando aceptó su trabajo en Glasgow.
Tenía sólo dieciséis años y su casa estaba a seis millas de la gran ciudad. En el camino de su casa a la ciudad había un barranco profundo que estaba, al parecer, embrujado. Se decía que allí pasaban cosas terribles.
Alexander tenía miedo de atravesarlo aún de día. El primer lunes por la mañana su padre lo acompañó al trabajo y, al despedirlo, le dijo:
-Alex, vuelve a casa tan rápido como puedas el sábado por la noche cuando acabes de trabajar.
Pensando en el barranco, Alexander contestó:
-Papá, estaré muy cansado el sábado por la noche. Volveré el domingo, bien temprano por la mañana.
-No, Alex, nunca has estado fuera de casa y estos seis días me parecerán un año. Vuelve a casa el sábado por la noche.
Alex pasó toda la semana preocupado pensando en el barranco- El sábado por la noche recogió sus cosas y emprendió el camino a casa. Al llegar al barranco, en la oscuridad absoluta no pudo avanzar más y se le llenaron los ojos de lágrimas.
De repente oyó pisadas. Iba a echar a correr aterrorizado, pero no lo hizo porque los pasos le eran familiares. De la oscuridad le salió la figura de su padre y escuchó:
-Alex, te vine a esperar aquí.
Después Alexander contó: «Juntos entramos en el barranco, y luego proseguimos por el valle y no temí nada».
¿Te asusta cruzar el barranco?
Sin duda alguna, siempre habrán barrancos que debemos atravesar y muchas veces la ansiedad nos gana y nos pasamos pensando cómo atravesaremos ese precipicio.
La buena noticia es que no estamos solos. En el Salmo 23: 4 dice:
Aunque ande en valle de sombra de muerte. No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
(RVR 1960)
Después del barranco
El barranco no es un lugar en el que te quedarás para siempre, ni será tu final. Dios te ayudará a pasarlo.
Las pruebas siempre traen consigo bendiciones, pero debemos creer que Dios está con nosotros y enfrentarlas. Así que ¡ánimo, no temas y cruza ese barranco! Recuerda que después de esa prueba Dios tiene preparado algo para ti.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ
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