Mateo 17.24 TLA: “Cuando Jesús y sus discípulos llegaron al pueblo de Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto para el templo fueron a preguntarle a Pedro: —¿Paga tu maestro el impuesto para el templo?”
En el camino de la vida seguramente experimentaste numerosas injusticias, algún profesor te fichó sólo porque piensas y vives de otra manera, o hiciste fila para realizar algún trámite y los encargados de la atención colocaron varias excusas y cerraron antes de la hora, o simplemente te engañaron en alguna compra. Se siente mal, ¿No?
Muchas veces Jesús pasó por injusticias, como el impuesto que le pidieron pagar para el templo cerca de otoño, que era un tributo que se pagaba en primavera para hacer expiación por la gente; Cristo pagó en obediencia a la ley aunque no tenía nada que expiar.
“Sin embargo, para que estos cobradores no se enojen, ve al mar y echa tu anzuelo. Ábrele la boca al primer pez que saques, y allí encontrarás una moneda. Toma ese dinero, y paga mi impuesto y el tuyo.”(Mateo 17.27 TLA)
Pagó para que no se enojaran ni se ofendieran, y así no darles motivos para oponerse a su obra. La humildad nos enseña a ceder nuestro derecho en casos excepcionales antes de ofender a alguien. Pedro tuvo que esforzarse, usar el talento que tenía y sacó un pez, confiando en lo que Jesús le había dicho.
La moneda que encontró en el pez era un estater de plata de cuatro dracmas, era lo necesario para pagar el impuesto de dos personas, en este caso de Pedro y de Jesús. ¡Jesucristo hace milagros creativos!
Si las injusticias te rodean recuerda que el Señor también atravesó por esto e incluso cerca de su muerte Él fue juzgado de noche, contrario a lo que las leyes mandaban.
¿Pasas por injusticias? Dios es fiel y puede ayudarte.
MIRA NUESTRA ACTIVIDAD EN LAS REDES SOCIALES