Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Génesis 3:6 (RVR1960) El enemigo siempre llamará nuestra atención y nos tentará con cosas que sean agradables a nuestra vista, nunca actuará de manera contraria; por esa razón no podemos estar desprevenidos porque eso podría costarnos la vida e incluso nuestra salvación. Al igual que un soldado que está en la guerra, debemos permanecer firmes y alertas todo el tiempo, vestidos con la armadura de Dios (Efesios 6:10-18) para desviar cualquier ataque y proteger a los que nos rodean en vez de exponerlos al peligro y ser causantes para que pequen. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Hebreos 4:15 (NVI) Todos los días tenemos que pedirle al Espíritu Santo que renueve nuestros pensamientos y fuerzas para enfocarnos en hacer la voluntad de Dios y no apartarnos de Él por ningún motivo. Necesitamos pedirle a nuestro Señor Jesús que nos ayude a reflejar su carácter en todo momento y lugar, para obtener la victoria sobre todas las pruebas que nos toque enfrentar. Esfuérzate por ser un hijo(a) de Dios que lo ame, tema y obedezca; que viva de tal manera que agrade su corazón.
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