Gracias a Él

• 18 Dec, 2019
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“Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.” Hebreos 4:16 (NTV)

Hay personas que dicen ser demasiado pecadores para acercarse a Dios, hay otros que aseguran que para acercase a Dios se necesita hacer ciertos sacrificios o la ayuda de otras personas. También escuché decir que Dios está demasiado lejos como para llegar hasta Él. 

Es verdad que antes no podíamos acercarnos a Dios por nuestra propia cuenta y era necesaria la ayuda de otras personas (sacerdotes) y el sacrificio de animales para el perdón de nuestros pecados. El sacrificio era un tema importante porque sin derramamiento de sangre no había perdón de pecados. En Hebreos 9:22 (DHH), la Biblia dice: “Según la ley, casi todo tiene que ser purificado con sangre; y no hay perdón de pecados si no hay derramamiento de sangre.” 

Quizás te preguntes, ¿Por qué, entonces, ahora ya no es necesario ofrecer el sacrificio de animales a Dios? La respuesta es porque Jesucristo hizo el sacrificio completo para pagar por nuestros pecados. Él derramó su sangre para justificarnos y limpiarnos de toda maldad. Fue el cordero que el mundo necesitaba para ser redimido.

Gracias a Jesús hoy tenemos acceso gratuito a Dios y podemos disfrutar de su presencia. No hay otra persona o cosa que pueda reconciliarnos y justificarnos delante de Dios.

Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). Este camino que costó su sangre, no requiere de ningún otro sacrificio o pago adicional, solo necesita que se crea en la obra que hizo Jesús y se tenga fe.  

“Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza.” Efesios 3:12 (NTV)

Ahora que sabes que tienes acceso gratuito a la presencia de Dios y sabes cuál es el camino, no esperes para acercarte a Dios. Ahí podrás recibir misericordia, hallar la gracia y el socorro que necesitas para enfrentar tus problemas.