La Palabra de Dios es la demostración su fidelidad, porque esta permanece de generación en generación, es firme, no cambia, es la roca en la que debemos apoyarnos y no movernos jamás.
Tu fidelidad permanece para siempre; tú afirmaste la tierra, y quedó en pie. Todas las cosas siguen firmes, conforme a tus decretos, porque todas ellas están a tu servicio.
Salmos 119:10-91(DHH)
El mundo constantemente sufre cambios, nuestro entorno, las mismas personas pueden cambiar de decisión en cualquier momento. Por eso es mejor aferrarnos a la fidelidad que permanece, la de Dios.
El predicador Spurgeon, comentaba acerca de este pasaje de Salmos 119: «Él establece el mundo y permanece. Entonces, tengamos confianza. Cuando Dios quiera quebrantar su Palabra y cambiar sus ordenanzas, podremos esperar encontrar esta tierra humeando hacia el sol, o de lo contrario se precipitará hacia el espacio, nadie sabe dónde. Pero mientras permanezca en su lugar, ¿de qué tenemos que preocuparnos tú y yo? ¿No es esto señal de que el Señor también nos guardará a nosotros?»
El sentimiento que despierta cuando estamos en cualquier circunstancia adversa puede ser negativo, puede invadirnos el temor, ansiedad, preocupación y hasta estrés. Pero, ahí debemos tener presente quién es nuestro Padre, y tener claro que su amor es infinito y su fidelidad permanece para siempre.
Por eso es muy importante mantenernos conectados con Él, para que nuestra fe no mengue y para que podamos enfrentar cualquier situación confiando en las promesas de Dios.
Su Palabra es el combustible para nuestra vida espiritual, ¡alimentémonos de ella!
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6 (RVR 1960)
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