A cada uno de nosotros se nos ha otorgado una serie de dones y habilidades que sentimos que nos fueron dados para hacer cosas importantes; anhelamos usarlos para el bien. Como los héroes de las películas, tenemos talentos listos para entrar en acción cuando se requiera.
¿Para qué usas tus dones y habilidades?
El problema es cuando usamos ese poder que nos han dado para cosas egoístas, para jactarnos y enseñorearnos, sentirnos superiores a otros. Y podemos ver la diferencia entre un héroe y un villano en aquello para lo que usan sus poderes, estos últimos para auto promoverse y los primeros para servir a otros.
Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor.
Gálatas 5:13 (NTV)
Jesús lavó los pies de sus discípulos para mostrarnos que debemos servirnos unos a otros. Pablo habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo y nos llama a ayudar con las cargas de los demás. Nuestros dones tienen el propósito de servir a otros. Tengamos eso claro.
Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás»
Marcos 9:35 (NTV)
Dios nos ha dado el gran poder de escoger
Como los héroes de las películas, debemos asumir que nuestro poder es una gran responsabilidad. Lo debemos ver como un equipo de herramientas que nos dieron para servir a otros y edificar a todos en nuestro entorno.
Dios nos ha dado la gran responsabilidad de escoger cómo usar esas habilidades y pasiones que nos ha dado. Son maneras de darnos poder. Y el poder, como todo regalo grandioso, puede trastornarnos. Si lo usamos para hacer daño, pagaremos las consecuencias.
Confía en el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
Salmos 37:3 (NTV)
Una vez más, en el caso de hacer mal uso de nuestro poder, no es Dios quien nos castiga. Es que debemos vivir las consecuencias de nuestras acciones; por tanto, usemos nuestro poder para servir a otros. Pongamos siempre a otros antes que a nosotros. ¡Los resultados serán bendiciones desde lo alto!
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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