A veces elegimos una ruta por lo hermosa que se ve, pero no miramos más allá, ¿Sabes dónde termina el camino que escogiste?
Camino equivocado
Un pastor estaba pasando unos días en la casa de campo de unos amigos y una hermosa mañana salió a dar un paseo, acompañado por el hijo pequeño de la casa en que se hospedaba.
El sol brillaba y el aire estaba fragante por el olor de las flores.
Sin tener intención de dirigirse a ningún punto preciso, echó a andar por un camino que pasaba por medio de los pastos. Pronto el pequeño le estiró de la mano.
¿No te gusta este camino? – le preguntó al muchacho – Parece muy bonito.
Sí, pero no me gusta a dónde va parar el camino; y tampoco la forma en que está hecho.
¿Qué quieres decir? ¿A dónde va, y cómo está hecho?
Lo han hecho los cerdos. Y este camino va a parar pronto a un barrizal, un lugar lleno de cardos y abrojos – dijo el muchacho.
¿Sabes dónde termina el camino que escogiste?
Podría ser que el camino que escogiste se ve hermoso y prometedor, quizás es el más lindo; pero ¿conoces el final?
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan
Mateo 7:13, 14 (RVR1960).
Mira más allá
Lo importante no es lo lindo que pueda verse el camino, ni lo cómodo que estés en él, sino a dónde conduce.
Aprende a mirar más allá de las circunstancias actuales y pregúntate si el camino que escogiste te lleva al lugar que deseas.
Mucha gente se deja llevar por lo que ve y desconocen dónde termina el camino que escogieron y pueden estar como el pastor de la historia, dirigiéndose a un barrizal.
Pide sabiduría Dios para tomar el camino correcto y poder caminar con dirección, con un objetivo y no sólo transitar por esa senda sólo porque se ve bonita.
Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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