Sucedió que un cristiano pobre vino de repente a ser rico por una inesperada herencia. Todos sus parientes y amigos vinieron a felicitarle, como es natural. Uno le preguntó: -Pero… ¿Es que no estás contento? -Sí, lo estoy pero… -¿Pero temes que todo sea un sueño? - Preguntó otro. -No, no lo pero… Un día leí esté pensamiento: “Cuando un hombre empieza a ser rico, el problema consiste en saber si Dios va a ganar una fortuna o va a perder un hombre”.En ocasiones nos preguntamos por qué Dios no nos da lo que le pedimos o cuál es el propósito para que pasemos por ciertas pruebas, o incluso, desearíamos tener las cosas que tienen otras personas. Sin embargo, Dios en su soberanía decide que tengamos lo necesario porque no desea perdernos. “Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera. Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades. Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?». Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios”. Proverbios 30: 7- 9 (NTV) Muchas veces soñamos despiertos e incluso intentamos hacer tratos con Dios pensando que si nos da riqueza la usaremos para orfanatos, asilos, para ayudar a los necesitados y muchas cosas más; no obstante, el único que conoce nuestro corazón es Dios y ve mucho más allá de lo que nosotros lo hacemos. Existen muchísimos ejemplos de personas que se alejaron de Dios por la fama y el dinero, destruyendo sus vidas y familias, perdiendo la dirección y conducidos a un final precipitado por su ceguera. Recuerda que Dios siempre vela por nuestras necesidades y nunca te hará faltar nada; pero si un día Él decide darte más de lo que necesitas no te olvides de Dios y hónralo con tus bienes, bendice a otros que tienen más necesidad que tú. Mantén tus ojos puestos en Dios, no en las cosas pasajeras y perecederas del mundo, que las bendiciones no te alejen de Él sino que sirvan para honrarlo.
MIRA NUESTRA ACTIVIDAD EN LAS REDES SOCIALES