En la audiencia general del 13 de noviembre de 2024, celebrada en la Plaza San Pedro, el papa Francisco explicó a los fieles, lo que para él representa María en la Iglesia Católica Romana, argumento que es una herejía en su máxima expresión.
Durante su discurso, destacó que María actúa como un puente hacia Jesús, guiando a los creyentes y abriendo las puertas a la fe.
“La Madre de Dios es un instrumento del Espíritu Santo en su obra de santificación. María es la que dijo ‘sí’ a Dios y, con su ejemplo y por su intercesión, nos empuja a decir ‘sí’ también a él”, dijo.
En esa misma línea de enseñanzas erróneas, Francisco se atrevió a afirmar que María es la esposa del Espíritu Santo, lo que contrasta con la verdadera enseñanza de la Biblia, en la que afirma en Apocalipsis 22:17 que “El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven!”, haciendo referencia al pueblo de Dios como la Esposa que espera Jesús para las bodas del Cordero.
“Hija y sierva del Padre celestial, el Rey todopoderoso, la Madre de nuestro altísimo Señor Jesucristo, y esposa del Espíritu Santo”, mencionó el pontífice.
Desde la fe cristiana evangélica y con la base del Evangelio, María es conocida como la madre de Jesús y un modelo de fe y obediencia, pero no es venerada, idolatrada ni vista como mediadora entre Dios y los hombres como ahora, ya que solo Jesús cumple ese papel porque es el único capaz para hacerlo (Juan 14:6).
Aunque se respeta su humildad y sumisión a Dios, no se le otorgan títulos que sugieran una relación matrimonial con el Espíritu Santo; su concepción de Jesús es considerada una obra divina sin implicaciones de matrimonio.
Son este tipo de aseveraciones y enseñanzas heréticas las que mantienen al mundo ciego de la verdad del Evangelio, rindiendo adoración a dioses falsos sin buscar el verdadero arrepentimiento que hay en Cristo, el cual trae libertad a las personas en todas las áreas de sus vidas.
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