Las estadísticas revelan el crecimiento del número de menores de edad que se dedican a la delincuencia, alcoholismo o drogadicción; estos jóvenes son considerados personas que no son útiles en la sociedad. Es preocupante observar que a temprana edad muchos estén desperdiciando sus vidas.
Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil. Filemón 1:10-11
Onésimo era un esclavo que se había escapado de la casa de su amo Filemón robándole algunas pertenencias. En Roma se convirtió bajo el ministerio de Pablo y posteriormente el apóstol escribe esta carta para solicitar a Filemón (miembro de la iglesia de Colosas) que perdone a Onésimo y lo reciba como hermano en Cristo.
Antes de que Onésimo conociera el ministerio de Pablo era considerado un hombre “inútil”, algunos sinónimos que se podrían mencionar son: improductivo, inservible, inerte e inactivo. Sin embargo, cuando se acercó a Cristo su vida dio un giro y se convirtió en un hombre útil, a tal grado que Pablo se arriesgó por él, pidiendo que lo recibieran como si fuese él mismo.
La pregunta que quiero hacerte es: ¿Qué tan útil eres? Dios te trajo al mundo con un propósito y quiere que seas útil en esta vida ¿Qué haces por Él y por tu prójimo?
Te animo a cambiar tu vida y ser una persona productiva: alimenta al que tiene hambre, abriga al que tiene frío, ayuda a llevar cargas, ora por los enfermos, dale un abrazo al que necesita, y ¡salva vidas! Presenta a otros a Jesús.
Si eres una persona que se encuentra sumida en la pornografía, alcohol, drogas o delincuencia tienes que saber que Cristo quiere cambiar tu vida. ¡Él te trajo al mundo con un propósito!
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